SINOPSIS:
En la
tempestuosa Roma del siglo I d.C. los atemorizados ciudadanos intentan
sobrevivir al reinado de Domiciano, un emperador dispuesto siempre a condenar a
muerte a cualquiera que pudiera hacerle sombra. En este ambiente turbulento se
fragua una conspiración para asesinarlo. La conjura es complicada de trazar y
muy peligrosa para todos los implicados, entre los que se encuentran Trajano y
Domicia, la emperatriz, pieza clave en esta conspiración. Las mayores difi
cultades estriban en burlar la guardia pretoriana. Pero un grupo de gladiadores
sin nada que perder, serán los encargados de encontrar la fi sura. Trajano,
primer emperador hispano de la Historia, es conocido sobre todo por conducir al
Imperio romano a su máxima extensión. Lo que no se suele conocer tanto es su
heroicidad más valiosa: la capacidad de Trajano para sobrevivir al reinado de
Tito Flavio Domiciano, un emperador débil y paranoico siempre dispuesto a
condenar a muerte a cualquiera que destacara en el ejército o en la política.
Pero ¿qué ocurrió para que Roma aceptara por emperador a alguien no nacido en
la misma Roma, sino a alguien proveniente de las lejanas y agrestes tierras de
Hispania? Modificar el curso de la Historia es prácticamente imposible. Sólo
unos pocos se atreven a intentarlo y sólo uno entre millones, siempre de forma
inesperada para todos, es capaz de conseguirlo. Bienvenidos al mundo de Marco
Ulpio Trajano.
A primera vista, con sus 1100 páginas, este voluminoso libro
es cuanto menos imponente. Pero como ya sabrán los más aguerridos lectores, en
el mundo de las letras nada es lo que parece, así que cuando me sumergí en esta
historia de romanos hace ya más de un mes, lo hice con los dedos cruzados
deseando descubrir que la historia tuviese ese raro don reservado a algunos
pocos ejemplares: que tantas y tantas páginas me supieran al final a poco.
Desafortunadamente, este no ha sido exactamente el caso, aunque tampoco ha
ocurrido que el final pareciera cada vez más lejano y su llegada fuera más
anhelada a medida que avanzábamos en la lectura. Digamos, en fin, que su extensión
me ha parecido más que suficiente.
Empecemos por el principio. Tito Flavio Domiciano, Imperator
Caesar Augustus que ha pasado a la historia con el nombre de Domiciano, gobernó
Roma con despotismo y terror desde la muerte de su hermano Tito en el año 81
d.C. hasta su asesinato en el 96 d.C. El relato de Santiago Posteguillo se
inicia con los últimos preparativos del atentado contra el enloquecido
emperador para inmediatamente después retroceder más de 30 años hacia atrás,
para guiar al lector en un recorrido a través de un periodo sumamente
complicado en la historia de Roma desde el punto de vista político y militar, y
que a punto estuvo en más de una ocasión de ser testigo del fin del Imperio. Se
inicia así un viaje apasionante en el que vemos desfilar a 9 emperadores en
apenas 35 años, desde los últimos años del gobierno de Nerón hasta la llegada
al poder del primer emperador no nacido en Roma y de procedencia hispana, Marco
Ulpio Trajano.
Uno de los puntos fuertes de la novela reside en la
insuperable ambientación histórica. El autor muestra un dominio absoluto del
mundo romano, en todos y cada uno de los aspectos que en algún momento se sacan
a relucir en la novela, ya sean sus leyes, su sistema de gobierno, su ejército,
sus costumbres o su lenguaje. En este sentido la novela es una magnífica fuente
de conocimiento e información, que la hace especialmente recomendable para los
amantes de las historias pedagógicas, pues es notable el aprendizaje que se
puede adquirir a través de sus páginas.
Desde mi punto de vista particular, es el estilo de narración
el que puede hacer la historia ligeramente tediosa en algunos momentos, ya que
en ciertas ocasiones tiene un aspecto demasiado técnico o frío, carente de pasión.
Las intervenciones de cada personaje están a veces alargadas en demasía,
llegando incluso a caer en la repetición. Se echa de menos un estilo ágil y
ligero, con descripciones ajustadas según qué escenas y un diálogo más vivo que
hagan más llevadera una historia que en sí misma es ciertamente compleja.
Además de esto, existen pasajes relativamente extensos que narran batallas
históricamente muy relevantes con gran detalle, como la campaña dirigida por
Tito contra Jerusalén o la batalla contra los pueblos del norte que liderará el
propio Domiciano, que pueden resultar aburridos para según qué tipo de lectores,
amantes de la acción rápida, debido a la lentitud con la que se suceden los
hechos en dichos episodios. Personalmente, los encuentro perfectamente
superables si la lectura se lleva con calma y el lector disfruta de las
exhaustivas descripciones. En este sentido, se podría advertir que no es un
libro para abordar con prisas, sino que solo deleitándose en él podrá descubrir
el lector toda la fuerza de la historia.
En lo que se refiere a los personajes de la historia, es
difícil establecer una opinión generalizada. Gran parte de los que aparecen en
la novela son personajes reales y sin duda no es fácil imaginar qué clase de
persona era cada uno de ellos. Algunos, como el emperador Domiciano o su esposa
Domicia, están muy bien definidos y consiguen que el lector los juzgue como
personas conocidas y establezca una opinión fundamentada sobre ellos y su forma
de ser. Otros, en cambio, como el futuro emperador Trajano o el gladiador
Marcio parecen inacabados, como si de ellos se fueran conociendo pinceladas, no
lo suficientemente seguidas como para hacer un dibujo completo de sus personas.
A pesar de todas estas valoraciones personales, es un libro que
vale la pena leer, aunque solo sea, como hemos dicho, por el magnífico retrato
que hace de la sociedad romana y para saber más de un emperador mentalmente
enfermo, lleno de traumas infantiles y celos, que llegó a eclipsar al mismísimo
Nerón en sus actos más crueles.
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