Ha pasado mucho tiempo desde el último post, pero...¡aquí estamos de nuevo! En esta nueva entrada podréis conocer mi opinión de la novela "Un lugar llamado Libertad", escrita por mi admirado Ken Follett y publicada allá por 1995. ¡Dejad vuestras aportaciones!
Valoración: Un poco decepcionante.
Te gustará si...: te gusta imaginarte viviendo en otra época, eres fan de las historias de amor imposibles y, con todo ello, buscas un libro sencillo que te haga desconectar.
No te gustará si...: has leído las obras maestras del gran Follett (léase, "Los pilares de la tierra" y su secuela "Un mundo sin fin" y la trilogía "The Century").


Mientras Peg y el Chico del Pez buscaban un hacha en un saco, Peg encontró el collar roto de hierro. Lo sacó y lo estudió con expresión inquisitiva, contemplando las letras sin comprender su significado, pues no sabía leer.


Mientras Peg y el Chico del Pez buscaban un hacha en un saco, Peg encontró el collar roto de hierro. Lo sacó y lo estudió con expresión inquisitiva, contemplando las letras sin comprender su significado, pues no sabía leer.
-¿Por qué lo has traído? –le preguntó
a Mack.
Mack se intercambió una mirada con
Lizzie. Ambos recordaron la escena junto al río de la vieja High Glen de
Escocia en que Lizzie le había hecho a Mack la misma pregunta. Ahora Mack le
dio a Peggy la misma respuesta, pero esta vez en su voz no había amargura sino
tan sólo esperanza.
-Para no olvidar jamás – contestó sonriendo-. Jamás.
¿Qué opino?
Quienes hayan seguido este blog con
anterioridad, ya sabrán dos cosas de mí: primero, que un título o una portada
bastan para llevarme a leer un libro y segundo, que Ken Follett es autor de
referencia para esta lectora. Y así fue cómo “Un lugar llamado Libertad” ha
acabado protagonizando una entrada en mi blog: el título me parecía simplemente
precioso y, oh Dios mío, resultaba ser una novela de Follett. No eran
necesarias más credenciales para entrar en mi biblioteca.
La
historia arranca a finales del siglo XVIII, antes de la independencia de los
Estados Unidos. Los escenarios de la novela son, en este orden, Escocia,
Londres y Virginia, la colonia inglesa más antigua de las Américas. El trío
protagonista lo conforman Mack, Lizzie y Jay, tres personajes absolutamente
diferentes entre sí. Jay Jamisson es el segundo hijo de un terrateniente
escocés que sufre un complejo de inferioridad inducido por el desprecio de su
padre y de su hermano mayor, y cuyo único objetivo en la vida es conseguir que
su padre le deje un legado digno a su condición. Lizzie Hallim es una joven de
buena posición social sin un céntimo, rebelde y muy poco dada a seguir las
normas sociales impuestas a su género. Mack es un joven minero que trabaja prácticamente
en un régimen de esclavitud y que sueña, ¡adivinen!, con la libertad. La novela
se inicia cuando Mack da rienda suelta a sus ansias de libertad desafiando a
sus señores y al orden establecido.
El
relato es, sin ninguna duda, muy entretenido, pues las aventuras y la acción se
suceden prácticamente sin pausa. De alguna manera, los acontecimientos escapan
al control de los protagonistas y estos se ven arrastrados por lo que va
ocurriendo. La ambientación histórica resulta muy creíble y el retrato social
es estupendo, pues podemos realizar un recorrido por las diferentes clases sociales,
conociendo en profundidad su estilo de vida, sus costumbres y sus
preocupaciones. También nos adentramos en la clase trabajadora de la Revolución
Industrial, siendo partícipes de sus pésimas condiciones de vida, y en la vida
política de las grandes ciudades, donde un espíritu de libertad y revolución
proletaria empezaba a tomar forma. En este sentido, el paseo que la novela
ofrece por las principales características de la época es sin duda uno de los
aspectos más remarcables de la misma.
Sin
embargo, para mí, la novela ha resultado ser bastante decepcionante y, sobre
todo, absolutamente previsible. Todas y cada una de las páginas que la
conforman tienen el sello Follett, pero muy diluido en comparación con la
maestría que podemos encontrar en “Los pilares de la Tierra” o “La caída de los
gigantes”. En mi opinión, todos aquellos que hayan leído las grandes obras de
este autor, tendrán la sensación de estar leyendo un borrador de calidad
inferior. Los personajes son puramente Follett: el joven de clase social
inferior pero absolutamente noble y maravilloso, la chica de buena posición
rebelde y adelantada a su época, y, entre ambos y siempre molestando, el chico
rico fiel a su clase social y a su destino. Y, como ya conocemos el tipo de historias
que parece que le gusta narrar a Follett, somos capaces de adivinar cómo van a
evolucionar las relaciones que los personajes mantienen entre ellos.
Sin
embargo, algo que me resultó bastante chocante, es la evolución de los
personajes: dos de los protagonistas sufren un cambio de mentalidad bastante
abrupto y repentino; no exactamente inesperado, pues, como he dicho, una ya
preveía cómo iban a evolucionar los personajes, pero demasiado acelerado y
descoordinado respecto a la evolución de la historia. Se adelantaban a lo que
se esperaría de ellos, como si siguieran su propio ritmo, diferente al de la
narración.
En
conclusión, es una novela muy sencilla, apta para desconectar y perderse en una
historia que por momentos promete ser interesante y dejar huella, pero que
acaba por perder originalidad y capacidad de sorprender. Me quedo con los
trabajos posteriores del, por siempre, gran Ken Follett.
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