Buscar este blog

viernes, 27 de junio de 2014

"La mujer comestible", Margaret Atwood

Iniciamos el verano con una novela de Margaret Atwood, reconocida autora canadiense de larga trayectoria. 


Algunos fragmentos de la novela:

“-Ése es Peter –dijo Marian-. Estará haciendo fotos.
Duncan retrocedió un poco.
-Creo que no me apetece entrar –dijo.
-Pues tendrás que hacerlo. Has de conocer a Peter, de verdad, me gustaría presentártelo. –De pronto le parecía de suma importancia que la acompañara.
-No, no –insistió él-. No puedo. No iría bien, seguro. Uno de los dos se evaporaría, y seguramente sería yo. Además, hay demasiado ruido. No lo resistiría.
-Por favor –le suplicó. Lo agarró del brazo, pero Duncan ya se disponía a huir corriendo por el pasillo-. ¿Adónde vas? –le preguntó Marian con voz lastimera.
-¡A la lavandería! –le respondió-. Adiós, que seas feliz en tu matrimonio –añadió.
Marian logró vislumbrar el último retazo de su sonrisa antes de que doblara la esquina. Oyó sus pasos que se perdían por la escalera.”

“Marian agarró las sábanas con fuerza. Estaba tensa por la impaciencia y por otra emoción que reconoció como la gélida energía del terror. En ese momento, suscitar algo, alguna reacción, aunque no fuese capaz de predecir lo que emergería de aquella superficie en apariencia pasiva, de esa cosa amorfa, blanca e insustancial que se extendía en la oscuridad, que se movía a medida que sus ojos se movían esforzándose por ver, que parecía carecer de temperatura, olor, cuerpo o sonido, era lo más importante que podría haber hecho nunca, que podría hacer en el futuro, y no podía hacerlo. Esa certidumbre le inspiraba una desolación helada, peor que el miedo. Ningún empeño de la voluntad serviría de nada. No se decidía a acariciarlo de nuevo. Tampoco se decidía a marcharse.”