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jueves, 26 de septiembre de 2013

"El nombre del viento", Patrick Rothfuss

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Los personajes a los que la vida trata mal se ganan rápidamente nuestro corazón. Kvothe, el protagonista de “El nombre del viento”, no es una excepción. Si bien la indescriptible historia de Harry Potter dejó, no ya muy alto, sino directamente imbatible el listón de una servidora en lo que se refiere al género fantástico, es obligado decir que esta aventura de un músico, mago y un largo etcétera no me ha dejado indiferente.

En la primera página del libro encontramos un mapa; un mapa que recoge la orografía, la división territorial y los puntos residenciales más relevantes de la que parece ser llamada “civilización”. Un aspecto interesante, no por ello menos predecible en un libro de aventuras, que nos recuerda a la misma configuración de “El señor de los anillos” o la menos celebrada “Memorias de Idhún”. En el prólogo descubrimos que un hombre, desconocido, espera la muerte en una posada, sin saber a qué clase de muerte se refiere exactamente (¿está enfermo?; ¿tiene intención de suicidarse?; ¿está en vísperas de una batalla?...). El libro comienza en una posada, con un nombre de lo más original, “Roca de guía”, y cuyo verdadero significado reside entre las páginas del libro. Está regentada por un hombre que, pese a ser tomado como un posadero por sus convecinos, queda claro en las primeras páginas que está ocultando al mundo su propia identidad y que en realidad es más de lo que parece ser. La aparición en escena de Cronista, el nombre con el que se conoce al más importante recopilador de historias (al estilo de un juglar o un fraile que recoja por escrito las historias de los personajes más destacados, por hacer un paralelismo con nuestro propio mundo), nos confirma nuestras sospechas. Se trata de Kvothe, un hombre al que todos parecen temer, admirar y odiar a partes iguales en toda la “civilización”, pero cuyos méritos para semejante popularidad permanecen ocultos a nuestro conocimiento y bastante difusos para los habitantes de este mundo imaginario. Existen un sinfín de versiones distintas sobre su vida, sus hazañas y sus temeridades, y Cronista encuentra la oportunidad de conocer y registrar de primera mano la verdadera historia de su vida. Kvothe accede a contarle sus aventuras en no menos de tres días y comienza a hablar. Este tomo reúne el pedazo de historia que Kvothe relata en el primero de los tres días.
     Sin saber prácticamente nada de él, somos plenamente conscientes de que no estamos ante un mortal del montón. Se crea un inmediato deseo de conocer su vida que nos empuja a leer irremediablemente.
     Nos sumergimos en la infancia de un niño con una vida que poco tiene que ver con la de la mayoría de los niños.  Es miembro de una especie de clan, los Edena Ruh, que no son sino un grupo de artistas itinerantes de grandísima calidad; los más respetados en su profesión. Disfruta de una vida feliz y llena de aventuras y experiencias. El punto de inflexión se produce con la llega de Abenthy, un anciano arcanista. Un arcanista es casi lo que nosotros imaginamos como “mago”; digo “casi”, porque, como descubriremos, las capacidades y los conocimientos de esta gente son más complejos que la simple magia que nos viene a la cabeza de primeras. Abenthy es de los primeros en señalar que Kvothe es dueño de una inteligencia extraordinaria, con una enorme capacidad de aprendizaje y una curiosidad insaciable. Se erige así como una especie de maestro que le ayuda a multiplicar las posibilidades de su cerebro y que despierta por primera vez en él el interés en la simpatía (esa magia de la que hablamos) cuando lo ve llamar al viento a su voluntad. Kvothe se aplica al máximo con el objetivo de llegar a la Universidad, ser arcanista y poder conocer el nombre con el que Abenthy una vez llamó al viento.
      La vida sigue feliz hasta que un acontecimiento inesperado da un repentino vuelco a la historia. Kvothe deja de ser un niño para convertirse en un muchacho que debe aprender a sobrevivir en un mundo lleno de egoísmo y a realizar lo imposible si quiere llegar a la Universidad.
      Desde ese momento trágico que trunca la vida de Kvothe, su mala suerte, aparte de la desgracia que le toca vivir en sí misma, es casi patológica y eso, como ya he dicho, hace que simpaticemos con él desde el primer momento, que vivamos sus logros con la misma alegría que si fuéramos nosotros los beneficiarios y nos desesperemos con todos los sinsabores que la vida le va regalando. Digamos que a esas alturas de su vida, Kvothe es para nosotros una especie de mezcla entre Oliver Twist, el Lazarillo de Tormes y, manteniendo las distancias, el Harry Potter desconocedor de su potencial. Y el producto final, aun teniendo ciertas reminiscencias inevitables, tiene carácter y personalidad propias; un personajesperfectamente diferenciado y perfectamente definido y, que, personalmente, se disfruta conociendo.
     Un aspecto muy interesante, por novedoso, es el planteamiento de esa magia que Kvothe quiere llegar a dominar. Como avancé, el arcanista es una persona con unos amplios conocimientos en diferentes materias, desde Matemáticas y Geometría hasta Medicina o la Simpatía (una ciencia que hasta que no se lee el libro, no se acaba de entender). Si bien el aprendiz debe tener unas ciertas facultades, este conocimiento se adquiere a través de la inteligencia, la práctica y el trabajo duro. El principal instrumento es el cerebro, con todas las dificultades que eso conlleva. No todo el mundo llega a ser arcanista; casi nadie de los que entran en la Universidad logra salir con ese reconocimiento. Me parece un aspecto muy original con respecto a las historias en las que el mago nace; aquí, se hace.  
     Aparte de eso, la historia es original en sí misma. Hay una civilización concreta, con su historia y sus leyendas, sus bichos y sus animales fantásticos. Tecnológicamente no está al nivel de desarrollo que alcanza el mundo harrypotteriano; más bien se acerca a la idea medieval de “El señor de los anillos”, si bien un poco más avanzado en muchos aspectos.

     En resumen, me parece un libro diferente, muy recomendable para aquellos que quieran aventurarse en el género fantástico sin despegar del todo los pies de este mundo, fácil de leer y muy, muy entretenido. El siguiente paso será sumergirse en el segundo día de narración en “El temor de un hombre sabio”.

2 comentarios:

  1. Brillante análisis de este gran libro. Enhorabuena por el trabajo bien hecho, creo que has captado la esencia del libro a la perfección. ¡Disfruta del siguiente!

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    1. Gracias, Elena! Espero que encuentres otras críticas del blog igualmente interesantes. No dejes de transmitirnos tu opinión!!

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