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domingo, 25 de enero de 2015

"El cumpleaños secreto", Kate Morton


Al fin, después de tantos meses sin añadir entradas al blog, añado mi humilde opinión sobre la novela de Kate Morton "El cumpleaños secreto", autora de las conocidas "El jardín olvidado" y “Las horas distantes”. Desafortunadamente, mi actual ocupación no me deja mucho tiempo libre que dedicarle a la lectura y mis aportaciones aparecerán muy espaciadas en el tiempo. Aun así, espero que disfrutéis de esta reflexión y, como siempre, os animo a participar activamente en este espacio de lectores y dejar vuestras propios comentarios. ¡¡Y feliz año nuevo, ya de paso!! J



    


Mis frases favoritas:

“Se deshizo en un llanto lastimoso y Vivien pensó qué feos podían ser los adultos, qué débiles. Tan acostumbrados a conseguir lo que querían que no sabían nada acerca de ser valientes.”

“Nadie prestó atención cuando la niña cruzó ese umbral en penumbra; ni siquiera la tía Ada, aunque era de esperar que guiase a esa sobrina huérfana con ambas manos hacia su futuro incierto. Y así, cuando la esencia de luz y vida que había sido Vivien Longmeyer se contrajo y desapareció dentro de sí misma en busca de un refugio, el mundo siguió girando y nadie vio lo que había ocurrido.”


“El cumpleaños secreto” figuraba en mi lista de libros pendientes desde hacía tiempo. Soy una lectora fácil de fidelizar; basta que una obra me seduzca para contraer el propósito no manifiesto de seguir la carrera del escritor o escritora en cuestión. “El jardín olvidado” fue un regalo de Reyes de hace unos pocos años que resultó ser magnífico. Es una historia maravillosa y muy bien contada, con una ambientación romántico-gótica que realmente atrapa después de pocas páginas. El relato consiguió realmente no dejarme indiferente. Poco después “Las horas distantes” casi consigue encantarme de la misma manera, pero era realmente difícil alcanzar el regusto y los aromas de la primera novela. Aun así no fue en absoluto decepcionante. Se trata de un cuento entretenido y también muy bien escrito, con una prosa fluida y a la vez hipnótica. Ambas novelas tenían muchas cosas en común: la inclusión de relatos fantásticos escritos por alguno de los protagonistas como elemento fundamental de la propia historia, una atmósfera gótica o romántica y un secreto familiar como punto de partida. Pero en la comparación, “El jardín olvidado” sale ganando claramente.

No me sorprendió, pues, que el origen de lo que se narra en “El cumpleaños secreto” fuese, una vez más, un secreto familiar a desenmarañar por parte de la protagonista. Pero no por ello me agradó. Sin duda el elemento sorpresa se ha perdido en esta novela respecto a las otras dos, y resulta en cierto modo cansino que la esencia no sea más que una repetición de las anteriores. Este hecho me desalentó un poco desde el comienzo de la lectura y generó la sensación de que leer una novela de Kate Morton no es sino un proceso rutinario que sigue un esquema conocido de antemano si se ha leído una novela suya con anterioridad.

En este caso, la protagonista, Laurel Nicolson, una reconocida actriz británica de teatro y cine, trata de explicar un suceso traumático del que fue testigo con dieciséis años, cuando el día del cumpleaños de su hermano pequeño contempla cómo su madre mata a un misterioso visitante. Cincuenta años después del suceso, su madre Dorothy ya se encuentra al final de su vida y, debido a una serie de acontecimientos fortuitos, Laurel desentierra sus recuerdos para arrojar luz sobre ellos mientras aún su madre viva para contarle qué ocurrió y por qué.

En su empeño, Laurel viaja al pasado de su madre a través de personas que la conocieron o testimonios escritos sobre personajes ilustres con los que pareció confraternizar. Durante esa búsqueda, retrocedemos hasta el Londres más sufrido de la Segunda Guerra Mundial, cuando la ciudad está desabastecida, atemorizada y era víctima incesante de los bombardeos nazis. Desde el punto de vista histórico, el trasfondo no está excesivamente desarrollado y la autora se limita a aportar la información necesaria para describir el estilo de vida y los hábitos mantenidos por la población que padeció el combate. Conocemos las penurias de la ciudad y el desastre a nivel infraestructuras, pero la Historia en sí misma no tiene más papel que el de ser el escenario en el que la madre de Laurel vivió una parte de su juventud.

Al igual que en las otras novelas, también viajamos hasta Australia, el país de origen de la autora. Está claro que se trata de una ciudadana orgullosa de su patria, puesto que siempre sitúa parte de la historia en alguna zona de este país. En este caso, nos lleva a Tamborine, donde vivió durante su infancia. Tampoco en este caso el paisaje o la cultura australiana cumplen ningún papel llamativo en el relato, y se limitan a ser la envoltura de uno de los personajes fundamentales de la novela.

Si seguimos repasando los nexos entre las tres novelas mencionadas, en esta también se hace un breve homenaje a la literatura, el teatro o la fotografía. Los dos primeros están muy presentes en la vida de Laurel, e incluso la obra “Peter Pan” acaba teniendo su protagonismo en la historia, pues unirá los destinos de dos personajes muy importantes en la novela, Vivien y Jimmy, amiga y amor de juventud de Dorothy, respectivamente. La fotografía es nada más y nada menos que la profesión de Jimmy, que trabaja como reportero gráfico durante la guerra, recogiendo con su cámara los horrores de la guerra en Londres. Kate Morton siempre transmite un gran amor por las historias y el arte y la cultura en general.

La novela está narrada en tercera persona, con lo que a pesar de que seguimos los pasos de Laurel en su investigación, acaba resultando impersonal en exceso. En lo que se refiere a los personajes, debo decir que, en mi opinión, les falta impresión y personalidad. No los encuentro convincentes ni particularmente definidos. Me han parecido más bien arquetipos a través de los cuales la autora maneja rasgos humanos muy predefinidos, como la ambición, la maldad, la bondad o la esperanza. En general, no he sentido ninguna conexión como ellos, como si nunca los llegase a conocer realmente.

Tampoco la narración ha estado, bajo mi punto de vista, al nivel de las anteriores, ni mucho menos, ni en ritmo, ni en emotividad. El relato avanza muy lentamente, las reflexiones de los personajes se repiten demasiadas veces y produce la sensación de estar dando vueltas y vueltas a la misma idea, que ya había quedado patente desde el principio. En más de 500 páginas, se han sucedido pocos eventos destacables y demasiado espaciados en el tiempo, con lo que acaba resultando aburrido y poco excitante. Y por otra parte, la narración es demasiado plana, no llega a transmitir con suficiente intensidad las emociones que se querían hacer llegar al lector.

Lamentablemente, no recomendaría esta novela. Sin duda creo que la autora ha escrito cosas fantásticas que proyectan una sombra muy grande sobre esta historia. Tengo entendido que este año verá la luz el siguiente libro de Kate Morton. Ojalá se decida a cambiar de temática y nos ofrezca algo un poco diferente a lo que nos tiene acostumbrados. Veremos qué ocurre. 

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