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viernes, 12 de agosto de 2016

"La luz que no puedes ver", Anthony Doerr

Hoy os presento "La luz que no puedes ver", novela del escritor norteamericano Anthony Doerr reconocida con el Premio Pulitzer de Ficción del 2015. ¡Adentraos en esta maravillosa historia y dejad vuestras aportaciones!

Valoración: Perfecto y precioso
Te gustará si...: buscas un libro que te regale los ojos con una prosa delicada y precisa; buscas un libro que no solo narre unos hechos, sino que hable de emociones humanas que todos hemos sentido en algún momento; sueles sentir lo que viven los personajes con la misma intensidad con que ellos lo hacen. 
No te gustará si...: no te sientes identificado con los puntos anteriores. En cualquier caso, me parece improbable. 



Algunos fragmentos maravillosos para abriros el apetito:

“Abrid los ojos –concluye el hombre- y observad todo lo que podáis antes de cerrarlos para siempre”.

Todo le ha traído hasta aquí: la muerte de su padre; aquellas horas sin dormir escuchando la radio en el desván junto a Jutta; Hans y Heribert con sus brazaletes rojos bajo la camisa para que no los viera frau Elena, y las cuatrocientas oscuras y rutilantes noches en Schulpforta elaborando transceptores para el doctor Hauptmann. La destrucción de Frederick. Todo le ha traído a este momento en el que Werner apila el descuidado equipo de los cosacos en la caja del camión y se sienta con la espalda apoyada en el banco contemplando cómo se alza la luz de las llamas de la casa de campo.

-Eres valiente –dice él.
Ella baja el cubo.
-¿Cómo te llamas?
Él se lo dice. Ella contesta:
-Cuando perdí la vista, Werner, la gente me decía que era valiente. Cuando mi padre se marchó, la gente me dijo que era valiente. Pero no se trata de valentía, es que no tengo otra opción. Me despierto y vivo mi vida, ¿acaso no haces tú lo mismo?
-No desde hace años. Pero hoy. Tal vez hoy lo hice.


¿Qué opino?
         
        “La luz que no puedes ver” llegó a mí el Día del Libro de este año 2016. Me había tropezado con él en la librería en muchas ocasiones durante los meses anteriores, y la portada y el título impreso sobre ella se me quedaron grabados en la cabeza. Ya he mencionado en otras entradas que, en materia de novelas, este tipo de flechazos casi siempre han resultado ser muy fructíferos en mi caso (a modo de ejemplo, véase "Regreso a tu piel"). Así que cuando llegué a la tienda para adquirir un libro y celebrar el día, ya tenía muy claro con qué ejemplar iba a salir de allí. Y, una vez más, ese flechazo tan certero dio paso a un mes de lectura intensa y maravillosa.

        La novela está ambientada en los años de la Segunda Guerra Mundial, a caballo entre París y Saint-Malo (Francia) y Zollverein (Alemania). Dos jovencitos de aproximadamente la misma edad, Marie-Laure y Werner, son los protagonistas, la primera desde su Francia natal y el segundo desde Alemania. La historia está magistralmente narrada alternando dos momentos temporales: por una parte, el 8 de agosto de 1944, cuando se produjo el bombardeo de la ciudad de Saint-Malo por parte de los aliados para expulsar al ejército alemán; por otra parte, acompañamos a Marie-Laure y Werner en sus vidas siguiendo un orden cronológico, desde 1934 hasta ese día en particular. Mágicamente, ambas voces temporales se fusionan en una sola al final del libro cuando coinciden, claro está, en el 8 de agosto de 1944. Ese día ambos personajes llegan a conocerse y pasar unas cuantas horas juntos, en un encuentro que será decisivo para ambos. La novela intercala por tanto dos narraciones: qué les está ocurriendo a los protagonistas el 8 de agosto de 1944 en Saint Malo y cómo han llegado hasta allí. El escritor crea de esta forma una narración original, distinta a la más clásica en la que se sigue el orden cronológico de los acontecimientos en línea recta hasta llegar al desenlace final. Esta estructura ayuda a que la novela sea muy entretenida, ya que juega con la información que nos va ofreciendo de manera que no podemos parar de leer. Es sin duda una característica interesante de este libro.

         Igual que para muchos otros lectores, Anthony Doerr era un escritor perfectamente desconocido para mí. No estoy al corriente de cuál ha sido su trayectoria profesional antes de la publicación de “La luz que no puedes ver”, pero de ahora en adelante seguiré su trabajo con muchísimo interés. No me ha parecido extraño en absoluto que la novela de Doerr haya sido premiada con el Premio Pulitzer de Ficción el año pasado: tenemos ante nosotros una pequeña joya. Con esta historia, Doerr se muestra como un narrador extraordinariamente sensible, que presta atención a muchísimos pequeños detalles preciosos, tanto en la construcción de los personajes como de los escenarios. Básicamente, me ha parecido una historia bellísima contada con una gracia como no he encontrado en mucho tiempo a lo largo de mis lecturas. Es una novela que llega al corazón, y no únicamente al cerebro, pero que además entra por los ojos, de tan bien escrita que está. Para mí será, desde luego, un libro inolvidable. Sobran las recomendaciones. 


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