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domingo, 21 de julio de 2013

"El imperio eres tú", Javier Moro

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SINOPSIS:
Convertido en emperador de Brasil a los veintitrés años, Pedro I marcó con su huella la historia de dos continentes. Desmedido y contradictorio, las mujeres fueron su salvación y su perdición: mientras su esposa, la virtuosa Leopoldina de Austria, lo llevó a la cumbre, su amante, la ardiente Domitila de Castro, lo arrastró a la decadencia. Cuando el inmenso Brasil se le hizo pequeño y el poder dejó de interesarle, puso su vida en juego por aquello que creía justo. Y alcanzó la gloria.
Con la belleza exuberante del trópico como telón de fondo, Javier Moro narra con pasión por el detalle la prodigiosa epopeya del nacimiento del mayor país de Sudamérica.

Esta es la primera novela histórica que cae en mis manos cuyo protagonista no es un país o suceso europeo. En este sentido, fue una novedad a agradecer, ya que amplía nuestros horizontes y sirve para recordarnos que no solo Gran Bretaña, Estados Unidos o cualquier otro país occidental tienen una gran historia como nación.  En este caso, el foco de atención se fija sobre Brasil, el país más extenso en Sudamérica y con posibilidades económicas más boyantes. Dejando a un lado la samba, sus magníficas playas, el carnaval de Río y las desgraciadamente aún presentes favelas, poco sabemos, la mayoría, de este país tan exuberante del trópico. A todos aquellos deseosos de sumergirse en el pasado de un territorio que, probablemente, jugará un papel importante en el futuro, esta es una magnífica novela para ilustrarse.
Los habitantes del territorio después denominado Brasil (descubrimos la procedencia de este nombre en las primeras páginas del libro) fueron despojados de su tranquilidad y anonimato con la llegada del portugués Pedro Alvares Cabral a sus costas en el año 1500. Pasó a ser una de las colonias más importantes del imperio portugués, ya que, rica en piedras preciosas, fue un pilar fundamental en el sustento de la economía, la actividad militar y la monarquía del reino de Portugal, de la misma forma en que Centroamérica lo fue para el imperio español. La monarquía absoluta gobierna a sus anchas en gran parte de Europa, incluido Portugal, hasta que la irrupción en escena de un militar llamado Napoleón Bonaparte hace temblar a los déspotas monarcas. Tras la usurpación de la corona española por parte del francés, la familia real portuguesa, con el rey Juan VI a la cabeza, se hace plenamente consciente de que su cetro será el siguiente en la lista del liberal Bonaparte. El rey Juan, ante la inminente llegada de las tropas de Napoleón a Lisboa, opta por salvar a la monarquía poniendo océano de por medio entre él y Bonaparte. Embarca con su familia en un navío que los llevará a la colonia de Brasil, seguidos de cerca por gran parte de la aristocracia portuguesa. Ese día marcará un punto de inflexión en la historia del territorio brasileño. Sin embargo, el “tú” del título no hace referencia al rey exiliado Juan VI, sino a su hijo y heredero Pedro que, junto a su esposa Leopoldina de Austria, marcará con sus para nada tradicionales ideas y sus arriesgadas acciones políticas la historia de su Brasil de adopción y su Portugal de nacimiento.  Son estos dos inusuales y sorprendentes, por ser reales, personajes los que llevarán la voz cantante en gran parte de la historia. Ambos de personalidades arrolladoras, conocer su vida y su forma de pensar fue motivo suficiente para leer el libro.
La novela, ganadora del premio Planeta en la edición del año 2012, es rica en descripciones de diversas ciudades de Brasil, de los palacios de la familia real, del paisaje brasileño, de las intrigas políticas previas y posteriores a la independencia,etc. Los diálogos son breves; casi toda la acción está contada por la voz del narrador. Pocas veces los personajes dicen de viva voz lo que piensan o sienten, ya que el vehículo fundamental es la 3º persona. La historia está contada al mínimo detalle y hay poco espacio para la imaginación, algo que, aunque es de esperar tratándose de una historia real, se convierte en agotador en algunos momentos, ya que, más que de una novela, parece constituir un tratado de historia. En ese sentido, el autor cae en la repetición en alguna ocasión, al repetir hasta la saciedad vivencias o rasgos de la personalidad de los protagonistas. Un defecto al estilo del que apuntábamos en “Los asesinos del emperador”. Aparte de este apunte, es una novela fácil de seguir, con un ritmo constante, sin aumentos exponenciales ni profundas caídas en el interés del lector. 

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